Duelo en Navidad y Año Nuevo
- Psicólogos Ixtal
- 24 dic 2020
- 3 Min. de lectura

En los últimos años he pensado que diciembre, tiene un efecto sobre las personas; más allá de un aspecto religioso es posible que la navidad y el año nuevo, sean un recordatorio de hacer notar lo que nos es importante, de las personas que valoramos o bien, de las metas y lugares hacia dónde queremos dirigirnos el próximo año. Estas fechas nos pueden ayudar a honrar y celebrar lo antes mencionado. Sin embargo, este año ha sido atípico, ya que globalmente estamos afrontando una pandemia, la cual ha dejado muchos cambios e incertidumbre, desafortunadamente para muchas personas también ha implicado pérdidas en muchos sentidos, entre las cuales está perder a gente cercana. Por lo que, es probable que esa sensación de alegría o tranquilidad que traía estas fechas puede haberse modificado (y claro, tal vez es una sensación ya recorrida por aquellas personas que ya han experimentado pérdidas previas a la pandemia).
En mi práctica clínica, en los últimos meses he acompañado a personas quienes un familiar o persona cercana ha fallecido debido al COVID 19, y estas fechas les representan tristeza al saber que no podrán festejar con su ser querido(a) y disfrutar cómo se hacía antes. Para mí, ha sido importante utilizar las ideas de la práctica narrativa, la cual cuestiona una idea dominante donde tenemos que dejar partir a las personas que ya no están, la cual parecería que exhorta a olvidarnos de lo que significó esa relación para nuestras vidas. En contraste, desde esta mirada narrativa, se hace la invitación a que la relación continúe, teniendo presente las muchas formas en que somos influidas(os) por nuestros vínculos y la forma en que a su vez influimos en las personas, es decir tener presente que las personas que queremos también habitan en sus enseñanzas, costumbres, en los sabores que compartimos, en los olores que les caracterizaba, en las sensaciones, canciones, recuerdos, lo cual ayuda a nuestros vínculos aún en la ausencia física.
Si bien, tal vez la noche del 24 o la noche del 31 no podamos compartir físicamente con esas personas ¿Cómo podemos seguir honrando sus memorias y celebrando lo que significan para nosotros(as)?
Creo que cada persona podrá encontrar la respuesta a la pregunta anterior, pero les dejo un pequeño ritual que puede ser de utilidad, es importante saber que participará quien quiera hacerlo, sin que nadie se sienta obligado(a), además, cada persona o familia determinará el tiempo que quiera dedicarle al ritual; mi sugerencia es que puedan realizarlo en aproximadamente 2 horas.
En familia o desde la soledad, escojan una hora conveniente para crear un álbum de fotos o una caja de cosas simbólicas que represente la vida de la persona fallecida, es decir, que pueden incluir tanto fotos como palabras, frases, sus cosas favoritas, o tal vez, cosas simbólicas o todo aquello que ustedes crean que representa a esa persona. Es así que, cada miembro de la familia tiene que buscar fotos u objetos por separado y en el momento que se reúnan, todas las personas presentan lo que han juntado y uno por uno en turnos lo van poniendo al centro de una mesa, explicando por qué quieren quisieran añadir una foto o porque trajeron un objeto en particular. Al término de esta actividad, deberán hacer un brindis de lo que aprendieron en estos tiempos y lo que agradecen de las personas que les acompañan.
Si este ritual lo haces sólo contigo misma(o), y si vives con otras personas, es relevante que les expliques lo que vas a hacer, el tiempo aproximado que le quieras dedicar y por qué para ti es importante hacerlo. Y después invitar a hacer una nueva actividad que los(as) implique a todos(as).
Este ritual tiene un objetivo implícito, reconocer que la ausencia física de esas personas queridas no significa que no estén presentes en nuestras vidas.
Compártenos ¿Tienes algún ritual que honre la memoria de tus seres queridos(as) en estas fechas?
Grupo Ixtal
Escrito por: Psic. Beatriz A. Marrufo Vega
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