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Psicólogo adolescentes

  • Foto del escritor: Psicólogos Ixtal
    Psicólogos Ixtal
  • 6 jul 2020
  • 3 Min. de lectura


Esta columna está dedicada a aquellos cuidadores de adolescentes que buscan resolver dudas o bien mejorar sus conocimientos y habilidades en la educación y crianza de los jóvenes que tienen a cargo. Nuestro propósito es transmitir algunos conceptos teóricos y herramientas que nos han sido útiles cuando familias que transitan por esta etapa nos consultan. Las sugerencias que encontrarás en las siguientes líneas pueden ser adecuadas a las particularidades de cada familia y en combinación con la experiencia que cada cuidador presenta pueden ser bastante útiles.


Quizás te estás preguntando a qué nos referimos con “cuidadores”. Nosotros usamos la palabra cuidadores para hacer referencia a todas aquellas personas que se encuentran a cargo de un menor de edad (y no tan menores), en otras palabras a los padres de familia. Cabe señalar que este último término refiere un tipo de familia “tradicional” (madre, padre e hijos), sin embargo en la actualidad hablar de un sólo tipo de familia queda limitado, entonces cuando utilizamos la palabra “cuidadores” estamos abarcando también a aquellas familias en donde la función parental no es ejercida (o no solamente) por los progenitores, sino también por otros familiares como hermanos(as) mayores, abuelos(as), tíos(as) etc., e incluso por amigos(as), personal de asistencia y otras personas ajenas a la familia de origen.


Pero… ¿Por qué hablar de los conocimientos y habilidades en la educación y crianza de los hijos(as)? Nosotros consideramos que en los últimos años hemos estado expuestos a una ola creciente de cambios no solamente en la configuración de las familias, sino también de los medios de comunicación y la información que se difunde. Específicamente, en el tema de crianza de hijos(as) adolescentes, encontramos una variedad enorme de mensajes educativos que guían a los cuidadores en esta función, pero no todos toman en cuenta precisamente la diversidad de familias ni las actividades de los cuidadores, por ejemplo, las largas jornadas laborales.


Es importante reconocer que los adultos poseen conocimientos para el cuidado y protección de los(as) jóvenes, pero algunas veces no tenemos certezas de que tenemos que hacer con ellos(as), ya que los podemos tratar como niños(as) o a veces como adultos(as), por lo que en ocasiones, los y las jóvenes identifican las discrepancias entre los cuidadores y aprenden a utilizarlas para su beneficio e incluso pasan por cambios demasiado drásticos. Por ello te contamos y sugerimos lo siguiente:


1. La adolescencia en una etapa de transición entre la niñez y la adultez, comienza a partir de los 10 años y termina alrededor de los 19 años. A lo largo de este tiempo se presentan cambios biológicos, físicos, sociales y cognitivos, que pueden llenar de frustración, pero si logran trabajar en equipo llegaran a generar una dinámica agradable.


2. Para tranquilizarte un poco, todos los cuidadores e hijo(a)s experimentan ciertas dificultades en esta etapa, ya que se viven diversos aprendizajes que preparan a los y las jóvenes para ser personas independientes y para consolidar su identidad, esperando que ellos puedan adaptarse a las normas y necesidades del ambiente.


3. La crianza de los hijos e hijas podría ser más sencilla si puedes apoyarte en otras personas o con grupos de tu comunidad, lo cual abriría la posibilidad de conocer qué han hecho otros(as) cuidadores(as) en situaciones similares, cómo han abordado ciertos temas e inclusive conocer temas que pueden ser “difíciles” o penosas de hablar con tus hijos(as), por ejemplo: sexualidad, prevención de abuso sexual, adicciones o bullying, entre otras. De esta forma podrás ampliar tus conocimientos en tu práctica educativa.


4. Para poderte acercar a tu hijo(a) adolescente podrías cuestionarte¿Cómo te hubiera gustado que tu padre, madre o persona a cargo te hubieran hablado? ¿De qué qué temas te hubiera gustado conversar?


Por último, recuerda que la adolescencia es una etapa llena de cambios, consideramos que como cuidador puedes lograr establecer límites claros y flexibles, generando confianza y cariño. También habrán circunstancias en donde los(as) adolescentes tendrán que aprender por sí mismos con sus aciertos y sus errores, considerando que así se construye la autonomía e identidad.


Si necesitas atención profesional, nosotros podemos acompañarte. Contáctanos


 
 
 

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